LAS 56 VIVIENDAS. MEMORIA DE UN BARRIO, 1957-2017

LAS 56 VIVIENDAS
Ficha técnica
Editorial:
AYUNTAMIENTO DE PUERTO DEL ROSARIO
Año de edición:
Materia
TEMAS CANARIOS
ISBN:
978-84-935177-8-6
Páginas:
190
Disponibilidad:
Disponibilidad inmediata

12,00 €
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Paco Cerdeña, Mari Carmen Cabrera y Patricia Sacoto han recopilado toda la información posible para escribir el libro de Las 56 viviendas. Memorias de un barrio, 1957-2017. Han contado con la ayuda del Instituto Canario de la Vivienda y con el objetivo de recoger los valores etnográficos de la población que allí vivía.

Por su cronología, esta barriada fue la cuarta promoción de casas de protección oficial, junto a la del Carmen, la barriada del militar y la del Rosario. Un barrio dividido en seis bloques de casas de dos tipos: uno para familias con más hijos, y otro con menos. Estas viviendas eran conocidas también como las casas baratas de arriba, «porque las de abajo eran las del Rosario». Ahora han pasado a denominarse Islas Canarias.
Anécdotas. El que fuera el primer estadio municipal, García Hernández, se situaba donde hoy se encuentra el colegio CEIP Puerto del Rosario. «El estadio aglutinaba a toda la población, conectando a los chiquillos con el resto de la isla y de la ciudad», recuerda Paco Cerdeña sobre la barriada de José Antonio, construida hace 60 años por el arquitecto grancanario Fermín Suárez Valido.

Mari Carmen Cabrera adelanta la intención de recopilar en el libro diferentes situaciones de aquel entonces, «como la carencia de médicos, cómo daban a luz las mujeres sin disponer de un hospital, a qué recurría la gente cuando tenían una emergencia, qué se comía o cómo se comía, y también cómo se compraba. La tienda histórica de Juan Arias, donde la gente podía comprar sin dinero, típica venta al fiao».

La finalidad del libro para Patricia Sacoto es la de «recuperar el valor de la familia, el de ayudarse mutuamente entre los vecinos o donde los niños jugaban en la calle sin tener que tenerle miedo a nada».

Por los que ya no están. Son muchos los que ya no están y que deben ser recordados. Ramón Guerra Calero, el último latonero de la capital, el cronista Gerardo Jorge Machín, Otilia Carrión o, entre otros muchos, José Melián, ejemplo de la dureza de la vida en aquel Puerto de Cabras.